Lo mejor de la artista es su honda vitalidad pictórica, ese sentimiento cálido que estimula sus trazos, ese apasionamiento gozoso por el manejo del pigmento, por el acoso de la forma, por la persecución de acento del color, por la busca de la armonía que, sugerida por el espectáculo que interpreta, le solicita y exige su instinto.
Juan Cortés